14.10.08


Anoche llovía, no, diluviaba.


Mientras intentaba, sin éxito, conciliar el sueño, venían a mi mente un montón de imágenes y frases inconexas.


¿Con cuántas personas me habré encontrado hoy sin conocer apenas nada de ellas más que una cara o, en el mejor de los casos, un nombre?


El reloj no avanza. ¿Qué hago: me levanto de la cama? ¿Enciendo la tele? ¿Me bebo un vaso de agua? Qué desesperación...


Empiezo a caminar. Aunque estoy cansada, lo hago a prisa. Miro hacia adelante y me doy cuenta de lo lejos que estoy, pero no me importa. Sé que si confío en Tí y me esfuerzo llegaré.


Amanece. Sale el sol. Apenas he dormido, pero he descubierto algo: hoy no quiero ser invisible.