26.11.12

¿Bon nadal?

El otro día iba paseando por la calle cuando me quedé sorprendida mirando las primeras y escasas luces de navidad que encontré. Bon Nadal podía leerse en el luminoso de color azul y blanco... ¿Bon Nadal? -me pregunté yo a mi misma… ¡ja! -me respondí acto seguido. Creo que es la primera vez en mi vida que me digo algo así a propósito de la Navidad. Una época del año que siempre me ha encantado y arrancado una gran sonrisa: el frío, la nieve, los villancicos, los adornos, los regalos, las reuniones familiares, la ilusión en los rostros de los niños… Pero no sé muy bien por qué esta vez todo me parece distinto. Será que mis ojos no miran igual, o que me siento predispuesta a que todo me parezca gris en vez de color verde o rojo. Será que todo en este mundo me resulta “una mentirita liada en un trapo” y eso hace que hasta la navidad me parezca un hastío… no lo sé. El caso es que me siento triste y no quiero que nadie me desee felices fiestas o me diga qué voy a hacer para nochebuena y/o navidad, porque solo de pensarlo me entran retortijones de barriga.
Sí, ya lo sé. Nada es blanco ni negro, hay una gama tremenda de blancos y grises, pero yo ahora no los veo y, aunque tengo unas semanas para cambiar de parecer hasta que esos días lleguen, lo cierto es que por ahora ni bon, ni leches en vinagre.

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